lunes, 30 de marzo de 2009

Sebastián Neuspiller

El Dandy
Delantero. Fénix (Pilar, 1993-1999 /2001-?) y Los Andes (2000).

domingo, 29 de marzo de 2009

Adrián Czornomaz

El Pirata
Delantero. Argentino (Quilmes, 1986-1988 / 2004-2005), Independiente (1988-1989), Cobreloa (1990-1991), San Lorenzo (1991-1992), Rapid Viena (Austria, 1992), Banfield (1992), Belgrano (Córdoba, 1993), Quilmes (1993-1994 / 1999-2000), All Boys (1994-1995), Los Andes (1995-1996), Universitario (Perú, 1996), Sporting Cristal (Perú, 1997), Tigres (México, 1997), Los Andes (1997-1998), Atlético Tucumán (1998-1999), Gimnasia (Jujuy, 2000-2001), Tigre (2001), Independiente Rivadavia (Mendoza, 2002), Tristán Suárez (2002-2003), Defensa y Justicia (2003-2004) y Talleres (Remedios de Escalada, 2005-2006).

jueves, 26 de marzo de 2009

Darío Dubois

El Loco

No podríamos describir en pocas palabras la grandeza de Darío Dubois, un tipo que más allá de sus extravagancias estéticas exhibió durante toda su carrera un personalidad diferente a la de cualquier jugador. De valores bien firmes, se encargó de dejar en evidencia las miserias que habitan en el fútbol. Peleó dentro de la cancha hasta quedar exhausto. Y fuera de ella imitó la postura. Hasta que un mal día una seria lesión lo hizo dejar la actividad. Aunque claro, su retiro estuvo acompañado de la indeferencia de su club, que lejos de solidarizarse y costearle la operación, lo dejó tirado con los ligamentos en la mano.

Se había iniciado en Yupanqui en 1994 y después vistió diferentes camisetas del ascenso, como la de Atlético Lugano (1995/97 y 2001), Ferrocarril Midland (1998/99 y 2001/02), Deportivo Riestra (1999/2000), Laferrere (2000), Cañuelas (2001) y Victoriano Arenas (2002/04).

Sus anécdotas se cuentan de a montones. Quizás la más llamativa tiene que ver con la máxima locura que se haya visto alguna vez en estadio argentino. Darío, incentivado por el Black Metal, se pintó la cara cuando jugaba en Midlan para afrontar un clásico ante Argentino de Merlo. La práctica no quedó ahi. La repitió varias veces hasta que se lo prohibieron.

Consultado por el Diario Olé, dio su parecer:

-¿Que te hace sentir?
-Me da polenta. Te pintás, salís para guerrear y los matás a los rivales (NdR: En esta temporada, jugó 22 partidos y sólo vio 4 amarillas).

-¿Qué dicen tus compañeros?
-Lo toman con humor. En cambio, los rivales me deliran a dos manos. Algunos hasta se asustan.

-¿No te gusta el fútbol?
-No me gusta jugar. Lo hago porque es muy competitivo y me entreno mucho. No como carne roja, no fumo, no tomo alcohol ni drogas. Nunca lo hice. Además, la poca plata que gano me ayuda. Mi posición económica es desastrosa.

-¿Y cuando dejes de jugar?
-Me gusta el golf, pero no tengo filo (se ríe). Vivo mi presente de músico (tiene una banda y toca en pubs) y futbolista. Si mañana tengo que trabajar de gay en un puterío, lo voy a hacer.

-¿Sos homosexual?
-Está abierto a que todos piensen lo que quieran. Yo sé muy bien lo que hago con mi cuerpo.

-¿Cómo te definirías?
-Un payaso que se pinta la cara, pero que se mata por la camiseta.

Dubois también se destacó por hacerle frente a los dirigentes corruptos, denunciando las oscuras acciones de los hombres que se encargan de destruir las categorías más humildes de nuestro fútbol.
En 2003, por ejemplo, duirante una entrevista en “Ascenso 950″ por Radio Belgrano, dijo “El presidente de Juventud Unida (Juan José Castro) nos ofreció plata para perder, para que ellos ganen y para que él entrara en una reelección de San Miguel. Rata inmunda, jugamos gratis e igual queremos ganar y nos ofrecen plata; igual, no la vamos a recibir… pero es un político, qué se puede esperar de él?“.

No era una experiencia nueva eso de oponerse a las injusticias, claro. En 1995, según él mismo se negó a ser sponsoreado por una gente había que por poner su marca en la camiseta de Lugano prometía 40 pesos por triunfo. El equipo de Dubois llevaba 3 victorias al hilo y la guita no aparecía. Suficiente para actuar.
“Resulta que el primer partido que ganamos no nos pagaron, entonces decidí llevarme una cinta aisladora negra para taparme la publicidad de la camiseta. Pero justo en ese partido me la olvidé. Entonces, como había llovido, apenas salimos a la cancha hice como que me persignaba (todos los jugadores hacen eso, pero yo no creo en ninguna religión), agarré barro y me tapé la publicidad. La camiseta naranja quedó cubierta con barro. Me puteaban todos, hasta mis compañeros, no entendían nada, el sponsor se cagaba de risa de nosotros, ¿entendés? No nos pagaban, y yo con esa guita viajaba. Después en la semana, la comisión se juntó y me querían suspender, pero no lo hicieron“, declaró.

Entre las más grossas de sus historias se encuentra una relacionado a un árbitro. “Una vez jugando para Midland enfrentábamos a Excursionistas en el Bajo Belgrano. En la segunda falta que hago el árbitro Juan Carlos Moreno me saca la segunda amarilla y cuando me saca la roja se la caen 500 pesos del bolsillo; me zambullí al suelo, agarré la guita y me fui corriendo. Me seguían todos: el árbitro, los jugadores, cuerpo técnico, se armó un quilombo que ni te cuento. Adentro de la manga, rodeado, le dije al juez: ‘Este es el premio que vos me sacas por echarme, hijo de puta’. Al final se lo terminé devolviendo porque sino me daban veinte fechas“.

A mediados de 2005 se rompió los ligamentos y su club, Victoriano Arenas, no se hizo cargo de la operación. Las idas y vueltas terminaron alejando a Darío de la pelota. Siempre se las arregló para subsistir en otros ámbitos. En la música hizo de todo. Formó un grupo que se llamó Tributo Rock en honor a Vox Dei, pese a que él y todos sus compañeros tenían influencias metaleras. La banda formaba con Carlos García en guitarra (Deportivo Paraguayo), Perico Falco en batería (Midland), Maxi Ponce en armónica (amigo de Perico), Eduardo Paredes en la voz (Deportivo Paraguayo) y el gran Darío en el bajo.

Fotos del 3er. encuentro de En una Baldosa.


El 2 de marzo del 2008 fue baleado en un asalto y unos días después, falleció.

NOS ESTAMOS VIENDO DARIO…

De un par de definiciones estoy absolutamente convencido. Darío sólo se mudó de barrio porqué pensó que acá ya había hecho todo, demostrando que era distinto y lo dejó bien marcado en quienes lo conocimos. Ahora, está en otro barrio, para seguir pintando la diferencia, disfrutando del reconocimiento que todos y cada uno de nosotros le tributamos en nuestra casa. Que en un tiempo de sinuosos personajes y estridentes vende humo, le bastaron 37 años para que no lo olvidemos, para que lo extrañemos un poco, porque se pueden tener 80 años y nada, y la vida pasarnos con pena y sin gloria, y pasar por la vida, como él, por varias vidas como las que gozará él. Seguro.
No habrá que llorarlo, habrá que sonreír recordando cada frase sacada de la magia del under que tanto transitó. He aquí la gran diferencia.
Se preguntará, cuando lea En Una Baldosa, por qué cientos de personas le hicieron el aguante, muchos sin conocerlo, que no es poco. Claro, esto si decide entrar en internet, por una cuestión de tiempo, ¿viste?, porque en el otro lugar donde se mudó tendrá que desandar las mismas “locuras” que anduvo haciendo por acá. La “fama”, bien ganada por cierto, le llevará un tiempito radicarla, pero a quien le cabe duda que lo va a conseguir.
Cuando vaya a alguna cancha pobre de la “D”, buscaré algún jugador con la camiseta n° 6 para ver si tiene la cara pintada. Buscaré una gran moto negra apoyada contra un vestuario hecho de ladrillos huecos. Cuando salga el sol, iré a la puerta de algún boliche de dudosa concurrencia y esperaré verlo salir con ésa cara de Jesucristo y en el bolsillo con algunas monedas más. Esperaré siempre su regreso. Bueno, si es que alguna vez se fue. Y si así fuera y no vuelve, por ahí hasta se mudó a un tercer barrio, porque ahora la tiene mas clara y 37 años le sobrarán para hacer todo lo que quiso y desenmascarar a unos cuantos caretas.
Che Darío, mirá que la hiciste bien. Nos cambiaste la idea y nos hiciste bien, mostrando la cara de una vida que por ahí, ni a palos íbamos a conocer.
Sólo te pido un par de cosas, mandale saludos al “Garrafa”, a “Pappo”, seguí jugando al fútbol y pintate la cara, y embarrate la publicidad que mancha la camiseta, choreale unos mangos a algún referí botón, que seguro le sobran… no sé que más pedirte. Vos sabés. Por eso aprendimos a valorarte.
Chau Loco, esperanos que en cualquier momento nos juntamos y algo vamos a hacer. Vos no traigas nada, porque seguro vas a andar sin filo.

Daniel Console



Fuente En Una Baldosa

Bienvenidos

Jugadores históricos del ascenso.